Autor: Roberto Ruiz Cano
Prólogo
Me llamo Roberto y vivo en un pequeño pueblo de cuyo nombre no quiero acordarme.
Eran las diez de las noche y me fui a mi cama, pronto sabría que esa noche iba a ser la peor de mi vida, me dormí pronto pero el ruido de los truenos me despertó sobresaltado a las cuatro de la mañana, por mi ventana vi una sombra que caminaba en el jardín de mi casa, giró la cabeza y pudo ver su cara, era horrorosa, estaba llena de sangre y se reía. Cuando se fijó en mí, salté de la cama y cerré la ventana. Pero con el susto que me llevé se me olvidó bajar las persianas y seguía viendo aquel rostro. Caminó hacia la ventana y la rompió de un puñetazo, me sentí con mucho miedo. Era un hombre alto y flaco, en sus vestimentas ponía: “Waluigi”, por lo que supuse que se llamaría así. Me miró con sus ojos y creí que llegaría mi fin, pero no; al ver que tenía diez años tuvo compasión de mí y se fue de mi habitación. Pero me inquietó, tenía bastantes dudas en mi cabeza y, además, ese individuo no había dicho nada desde que había entrado.
En poco tiempo oí gritos provenientes de la habitación donde dormía mi madre, me asusté. Los gritos eran de dolor y angustia, “Waluigi” volvió a mi habitación y salió por la ventana, yo me hice el dormido. Cuando se fue, fui a la habitación de mi madre y mis sospechas se convirtieron en realidad, mi madre había muerto. Lloré hasta más no poder, toda la mañana estuve llorando. No fui al colegio.
Llamaron a la puerta, pregunté quien era y una voz extraña y desconocida me contestó, abrí, era el mismo de la noche anterior...era aquel asesino, Waluigi. Mi cara se llenó de odio y miedo al verle, él estaba muy tranquilo.
----¿Qué haces aquí?--Le dije a ese asesino, mientras su mirada fría entraba en mi cerebro.
----Finalizar lo que empecé.--Me respondió.--La sangre de tu madre no estaba muy deliciosa.
Al oír eso me empecé a enfadar y deseaba haber podido matarle, pero en vez de eso fui a cerrar la puerta cuando puso un pie en medio y no la pude cerrar.
----Déjame en paz.--Añadí, pero él no quitaba su pie, mi fuerza era muy inferior a la suya. Una puerta se abrió, era el vecino, que salía. Waluigi se dio cuenta de esto y rápidamente se fue.
----Me voy. No le digas esto a nadie o iré definitivamente a por ti. Te has salvado.--Me dijo ese asesino y se fue corriendo, rápidamente cerré la puerta para pensar en todo lo que había ocurrido.
Todo esto había ocurrido muy rápido, en menos de un día, eran las 10:30 de la mañana y no sabía que hacer. No tenía ganas de nada después de ese encuentro. Sentía remordimientos, ansias de matar. Juré venganza.
Los vecinos ya empezaban a sospechar, nadie había salido de casa, nadie sabía la muerte de mi madre, nadie sabía lo de ese asesino, sólo yo. Me preparé el desayuno, puse la tele y desayuné. Cuando terminé, intenté buscar el poco dinero que quedaba y que quedaría, mil euros. Dejé el cuerpo de mi madre debajo de la cama por temor a que alguien descubriera lo que había pasado. Me fui a la cama y dormí varias horas allí, me desperté a las 12:50 de la mañana; había tenido una pesadilla horrible con ese asesino. Me vestí, preparé mi mochila para ir al colegio y me fui, ya que en casa no podría comer una comida decente, pues no sabía cocinar. Llegué. Bajo mi chaqueta tenía una carta que había encontrado anteriormente, en mi habitación, la enviaba Waluigi, ¿sería el mismo asesino? Todos vinieron a verme y me preguntaron porque no había venido, les contesté que fui al médico, luego fueron a jugar, felices. Yo me senté en el suelo, cerca del gimnasio. Estaba triste y me llenaba de odio e ira ver a los demás jugar tan felices. De repente...vi a Waluigi, estaba viniendo de camino al colegio y me hizo un gesto para que fuera hacia él, y así hice.
----Muchacho, ahora no tienes a nadie con quien vivir. Ven a mi casa, te proporcianaré alimentos, ropas y dinero.--Me dijo. Vino un compañero mío y le dije que se marchara.-Has hecho bien con ese compañero. Hoy quedamos en esta misma pista del colegio, ¿vale? Además, si tienes miedo de mí, habrá muchas personas y niños, así que no puedo matarte.
----Vale.-Le respondí, y él se fue corriendo.
Le dije "Vale" porque en la pista del colegio, después de la escuela siempre había muchos niños y personas adultas. Me senté en el césped y abrí la carta, era lo mismo que ponía ahí. La rompí en mil pedazos y la tiré a la basura.
Después, todo pasó con normalidad, las clases bien, la comida bien...me castigaron a las 16:30, insisté en que no podía pero seguía castigado. No se que iba a hacer. Dieron las 16:30, Waluigi me fue a buscar.
----Me tengo que llevar al chico, es importante.--Diciendo esto se fue y yo con él.
Estábamos cerca de la pista, un poco apartados de los demás pero, al fin y al cabo, desde ahí nos podían ver.
----¿Qué quieres, asesino?--Le dije. Él no se enfadó.--¿Me quieres llevar a mí también?
----No es eso. Me mandaron matar a tu madre y la maté, pero también maté a tus demás familiares, y los compinches de mi jefe a los míos. Yo bebí sangre de tu madre y así murió. Porque yo soy un vampiro. Te relataré mi historia.-Me respondió con todo esto. Yo me quedé parado, ahora sabía porqué mi madre tenía esas marcas de colmillos en el cuello, encajaba todo.
----¿Y por qué a mí no me hiciste daño?-Pregunté.
----Tuve compasión de ti.--Agregó.--Pero los que me buscan no la tendrán. Ahora, calla y escucha. Te relataré dos historias: la primera es como me convertí en vampiro, la segunda, por qué mataron a tu familia.
Me quedé callado para escuchar sus relatos.

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