domingo, 17 de febrero de 2008

Roberto, El vampiro. Capítulo 1.

Autor: Roberto Ruiz Cano

Capítulo 1: Los relatos de Waluigi
Waluigi empezó a contar su primer relato.
El Vampiro Waluigi
Estaba en Madrid, cumpliendo una misión de matar a una persona. Caminé por su portal y entré en su casa, estaba destrozada totalmente, había varios policías muertos y esa persona, estaba ahí. Cogí mi pistola con un movimiento rápido y cuando le iba a disparar, él cogió un cuchillo y me lo lanzó, me dio cerca del corazón, luego recibí un mordisco cerca de la arteria aorta, no morí de milagro, perdía mucha sangre, cuando desperté, estaba en un hospital y apenas recordaba algo de mi vida, sólo unas pocas cosas. Pensé en qué había pasado la noche anterior, lo recordaba todo a la perfección. Entonces, me toqué el cuello y vi dos marcas de colmillos, desde aquel día supe que "ese" era un vampiro. Pero algo no iba bien, por las noches me despertaba y no tenía ganas de comer, probé un poco de sangre que tenía por ahí y nada, no me gustaba. Todavía no era un vampiro. Decidí hacer una investigación propia, fui a la casa de ese vampiro, entré por la fuerza y cual fue mi sorpresa cuando supe que no estaba. Me atendieron su esposa y su hijo, noté unas marcas de colmillo en su hijo, entonces, cogí mi cuchillo y corté la cabeza a su esposa, fue visto y no visto. Su hijo, que tenía 11 años, lo vio y ni se inmutó, seguía ahí de pie, parecía que no le interesaba nada. Entonces, le pregunté:
----¿Por qué no te inquietas, chico? He cortado la cabeza a tu madre y no estás asustado...
----¿Acaso impora que llore o me asuste? No.--Me dijo el niño. Yo estuve muy sorprendido al ver quien pronunciaba estas palabras.--¿Para qué has venido? ¿Buscas a mi padre?
----Sí.--Le respondí.--Le busco. Y quiero saber otra cosa, ¿quién te ha hecho esa marca en el cuello?
----Mi padre me la hizo.-Contestó.--Es un vampiro, como yo.--Añadió.
----Tu padre me mordió.--Mientras le daba esta información le enseñé las marcas que tenía en el cuello, las que me había hecho su padre.--Pero no soy un vampiro, ¿por qué? ¿Por qué no soy un vampiro?
----Tienes que ser de alguna religión, te tienen que bautizar. Bautizar te hace ser especial.--Cuando ese niño me respondió con eso, le corté las dos manos y me reí de él. Le clavé mi cuchillo en un ojo y le maté. Sentí un gran alivio, desde hace bien poco no soportaba a los vampiros, pero quería ser eso. Lástima que se olvidara preguntarle al niño si los vampiros tienen de verdad miedo a la luz solar.--Traidor....--Con esta última palabra murió.
Rápidamente me fui a la iglesia más cercana y dije que me bautizaran. El cura no quería, pero yo insistí, ocultando mi cuchillo y una mano en la que tenía sangre. El cura se fijó en eso y me preguntó que era, no supe que responder, así que cogí una pistola que tenía en el bolsillo, le disparé y le maté. Metí la cabeza en el agua bendita y me fui, sentí algo nuevo en mí, dentro de mí, era como si cambiase, tenía una sensación extraña, no podría describirla. Empecé a tener hambre y comí, era delicioso; pero no calmó mi hambre, por fin era un vampiro.
Por la noche me fui a mi pequeño departamento a descansar y tenía un hambre feroz. Salí de mi pequeña casa y, como mis jefes de trabajo me habían dado una llave para abrir cualquier puerta con cerradura de Madrid, por eso pude entrar en el departamento de un vecino mío y sin darme cuenta le clavé mis colmillos en el cuello. Cuando bebí su sangre, mi hambre se calmó. Era una experiencia nueva, iba a ser vampiro. Pronto descubriría las ventajas y los contras de ser un vampiro.
Pasó la noche y fui al despacho de mi jefe, le conté todo lo que había ocurrido y él me miró como si no se hubiese enterado de nada. Su mirada era fría, parecía que me iba a matar.
----¿Qué quiere? ¿No me cree?--Le pregunté con total seriedad.
----Sí. El problema es que los vampiros son peligrosos, todos se matan sin piedad. Primero les damos muchas cortadas en su cuerpo y, luego, les dejamos así hasta que sale el sol y les obligamos a mirarlo fijamente, lo cual les produce un poco daño, y a veces hasta pierden alguna memoria.--Me dijo.--Yo no te mataré, puesto que mataste a muchas personas e, incluso, me mostraste fotos de sus cabezas y su corazón fuera del cuerpo. Me gustaba tu forma de matar, fuiste el mejor asesino a sueldo que tuve. Te proporcianaré una casa en un pueblucho llamado Bezana, la última misión que debes hacer es matar a toda la familia Ruiz Cano, en especial al niño.--Me añadió, muy serio.
----¿Por qué les tengo que matar? Sabes que me gusta saber porqué hay que matar a alguien.--Le pregunté, pero su rostro había cambiado, ahora estaba mucho más intranquilo.--¿Tienes algún problema personal con ellos?
----No es eso.--Respondió.--Es importante. Mátales y te diré el por qué.--Agregó a la conversación. Después, se fue del despacho.
No tuve tiempo de quejarme, se fue muy rápidamente.
Me fui a este pueblo, Bezana, y cumplí mi misión, primero maté al padre Ruiz Cano, a los abuelos Ruiz Cano, paternos y maternos, y a continuación a la madre Ruiz cano. Pero antes de que pasara eso hice una vida normal, pero de lujo. Mi antiguo jefe todavía me vigilaba a través de sus compinches y mandó matar a toda mi familia y hacer fotos cuando lo estuvieran, luego me las envió por carta y no eran tan horiibles como podrían haberlo sido.
Luego, te encontré a ti, el hijo Ruiz Cano.
----Ese es mi relato. Al mismo tiempo está relacionado con el otro.--Me dijo, conservando su serenidad.
----Venga, estoy preparado. Quiero oír la segunda, luego te haré mis preguntas.--Le dije.
La Familia Ruiz Cano
Cuando me despidieron no sólo estuve viviendo de lujo, me fui a investigar, busqué datos por toda Bezana y me encontré con algo muy interesante, tu padre era un vampiro. Me empecé a poner nervioso, rápidamente fui a donde trabajaba, que, como ya sabes, estaba muy lejos de Bezana. Cuando le encontré estaba en su departamento, me acerqué sigiliosamente hacia él y clavé mis colmillos sobre su cuello, bebí muchísima sangre. Cuando terminé, vi a alguien que tenía más parecido al padre Ruiz Cano que el que había matado. Fui en dirección hacia él y cuando me miró sentí algo nuevo, miedo. Estaba inmovilizado, no quería moverme, estaba temblando, cuando cogí un cuchillo empecé a ser el de antes, caminé hacia esa persona cuyo rostro me daba un poco de miedo y la lancé el cuchillo. Ya estaba, por fin, le maté. Pero ocurrió algo inexperado, me dio una patada y cogió mi cuchillo. Empezaba a tocar mi cuerpo con el cuchillo, mi sangre se deslizaba suavemente por todo el suelo, la gente nos miraba a los dos, horrorizada; me empezaba a asustar, ya que cada vez el cuchillo estaba más metido en mi cuerpo, cuando todo parecía perdido, mi enemigo vio la luz del sol y le empezó a dañar, en unos segundos se le pasó ese efecto y yo aproveché ese tiempo para coger mi pistola y le disparé varios tiros en la cabeza, vino la policía y me apuntó con todas sus pistolas. Esta vez me habían cogido, iba fatal.
----Maldito individuo, seguro que eres un vampiro de esos.--Dije esto al individuo muerto; ya que había descubierto que era un vampiro por varias pruebas. La policía me apuntaba y un agente se acercó a mí. No sentí nada cuando apreté el gatillo de mi pistola y maté a un policía, los demás policía se cubrieron en sus coches.--Je,je, uno menos.--Miré a los policías y disparé a uno, di en el retrovisor del coche que quedó totalmente destrozado, pero gracias a eso pude salvarme, vi que otro policía me apuntaba y yo le disparé a él antes y le maté.--¡Mierda! Estos policías me están haciendo perder tiempo, tendré que matarlos rápidamente.--Disparé a todos lados y maté a varias personas, entre ellas a un niño.
Ya nadie estaba seguro allí, nadie estaba seguro en las Islas Canarias. Los policías me tenían temor, nunca antes habían visto a un asesino tan cruel y despiadado como yo. De repente, mi pistola se quedó sin balas, ahora que los policías se ocultaban aproveché para ponerme cerca de un coche y cargar mi pistola. La cargué. Toda la gente escondida, incluidos policías, salieron, nadie me veía, estaba debajo de un coche, al ser tan flaco podía estar en ese lugar tan seguro. Miré los pies de toda la gente y salí del coche, disparé a varios policías y me fui corriendo. Pero antes de irme, les dejé un regalito, una bomba. Que explotó a los pocos minutos de haberme ido. Ya había matado a tu padre, pero todavía quedaba un asunto que arreglar. Fui directo hacia la biblioteca y me encontré con un asesino que había matado a toda la gente de allí. Me quedé quieto y fingí ser un simple lector de esa biblioteca y ese asesino me apuntó con la pistola, lentamente apretó el gatillo y se preparó para disparar.
----¡Quieto, espera!--Le exclamé como si tuviera miedo de él.--Tengo dinero, te lo puedo dar.
----Prefiero matarme y cogerlo por mi cuenta.--Me contestó. Me apuntó en el corazón.
----Que pena, ahora no te podré dar todo el dinero que tengo escondido.--Le dije, él bajo el arma y yo lo aproveché para coger mi pistola y lanzarle una bala, le di en el brazo izquierdo, pero él tenía la arma sujetada en el brazo derecho y me apuntó, me oculté detrás de una estantería, él hizo lo mismo.--¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?
----Lo mismo te digo.--Me contestó con total serenidad, respecto a su personalidad parecía un clon mío.
La biblioteca se llenó de tiros. La policía oyó muchos gritos y fueron directos hacia donde estábamos. Los tiroteos eran cada vez más intensos, sólo me quedaba una bala, no quería usalra, pero tendría que usarla, cogí mi cuchillo, disparé hacia mi "rival" y me fui corriendo, cuando me encontré con los policías, les partí el cuello con el cuchillo y cogí una pistola, les disparé a sangre fría. El asesino de la biblioteca salió, se montó en un coche que había ahí cerca, le arrancó y se fue, aunque casi le doy en una rueda al vehículo. Juré a los mil vientos que le mataría. Todavía quedaba un policía en pie y tenía dos pistolas, me disparó y me dio en el brazo derecho, tuve que tirar la pistola para aguantarme el dolor y no hacer mucha fuerza con mi brazo derecho, luego recibí un balazo en el estómago que me dejó inconsciente.
Me desperté al día siguiente y por fin supe la verdad sobre la familia Ruiz Cano, ellos eran vampiros, salvo unas excepciones, y según lo que oí, miles de cazavampiros les buscaban y un asesino a sueldo también. Ese era yo.Pero ahora no podía hacer nada, estaba en la cárcel, intenté coger unas llaves que estaban cerca, pero no pude. En la celda tenía una revista, y en mi ropa, que seguía siendo la de ayer, tenía un pequeño alfiler y le puse sobre la revista, que la había hecho un cucurucho, soplé fuertemente y les clavé el alfiler a un policía de los dos que estaban allí, le maté. El otro quedó desesperado y se fue corriendo a avisar alos demás, con la prisa hizo que las llaves se acercaran y estuvieran más cerca de mí, se fue corriendo. Era el momento. Cogí las llaves y abrí mi celda. Los demás me vieron y aplaudieron, intentando que les abriera la celda. Le abrí la celda a uno, ya que me acordaba de ese, había matado a cuatrocientas personas en una semana, abrí su celda y le pregunté como se llama, me dijo que Luis. Juntos cogimos una pistola para cada uno y matamos a todos los policías que había allí. Nos fuimos cada uno a un lugar, yo a Bezana y él...no se a donde.
Pero cuando me fui, tuve una sensación rara, y una especie de premonición en la que me encontraba con Luis de nuevo.

----O sea, que lo hiciste porque te lo mandaron, ¿no?--Pregunté.
----Sí. Soy un asesino a sueldo. Pero ahora no estamos seguros en ningún lado, nos busca mucha gente de diferentes grupos...--Me respondió.
----Podríamos ir a Japón.--Sugerí.--Aunque...bueno..., mejor no. ¿Eh? ¿Quién es ese?--Señalé a un chico con muchos músculos que apuntaba con una pistola a Waluigi. Él se agachó y una bala dio en el árbol.--¿Quién es?
----Nos han encontrado. ¡Debemos irnos! ¡Si no, nos matarán! ¡Corre!--Me gritó Waluigi y ese señor entró en el colegio.
Waluigi y yo corrimos hacia su coche, montamos y él le puso en marcha. Arrancó y nos fuimos, dejamos al señor ahí.
----Fiu...por poco.--Me dijo con un tono asustado.
----¿Hacia dónde vamos?--Pregunté.
----No se, pero primero hacia una gasolinera.--Me contestó.
Vimos una gasolinera y paramos, Waluigi echó una gran porción de gasolina, no pude ver cuanta. Luego, cuando iba a pagar, disaparó al empleado y cogió un cuchillo en la tienda y volvió a disparar a otro empleado. Arrancó a cien kilómetros por hora.

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