viernes, 22 de febrero de 2008

Roberto, El Vampiro. Capítulo 2


Capítulo 2: Apoyo

Después de recorrer veinte kilómetros, paramos en un sitio desiértico. Teníamos mucha comida en el maletero del coche y empezamos a comer, entonces fue cuando Waluigi cogió su teléfono móvil y pulsó unas teclas.
----¿A quién llamas?--Le pregunté.
----A mi apoyo.--Me respondió; yo me quedé ahí un tanto tonto, ¿qué era un apoyo? Iba a preguntarle cuando él mismo me lo respondió sin recibir la pregunta.--Seguro que no sabes lo que es, te lo diré. Un apoyo es alguien que te es fiel, que nunca te traiciona, seas asesino o no, seas vampiro o no, e, incluso, aunque hayas matado a su familiar más querido. Yo también soy su apoyo, él vive en un sitio alejado de la sociedad, todos le nombran "El Loco" por vivir así. Pero si despiertan su ira...dudo que puedan volver a articular palabra alguna.--Le respondieron en el móvil.--Marcos, necesito tu ayuda. Te espero en donde tú ya sabes.--Colgó.--Esta forma de hablar es un sistema, la policía siempre anda buscando conversaciones de teléfono mías, aunque no suelen encontrarlas. Bueno, debemos seguir.
Seguimos avanzando con el coche. Yo me puse en la parte trasera para echarme y domir. Waluigi miró el retrovisor y vio a un coche negro con una especie de marca. Le reconoció al instante y subió la velocidad a ciento treinta kilómetros, el otro coche también, entonces, Waluigi tomó un atajo y fue yendo por la hierba alta, impidiendo que el otro coche le viera y así perdiéndole de vista. Más tarde volvimos a la carretera y no había ni rastro de aquel coche, pero había algo diferente, era un hombre, con una vestimenta horrorosa que cubría todo su cuerpo. En la cara tenía una máscara que sólo dejaba ver sus ojos y su nariz, nos miraba atentamente y sacó una espada de madera que tenía depositada en el suelo, Waluigi, sin pensárselo dos veces, arrancó el coche y aplastó a ese hombre, pero poco después paró y no vio al hombre, hasta que éste salió de debajo del coche y cogió la espada. Yo seguí en la parte trasera del coche, observando todo.
----¿Quién eres tú?--Le preguntó Waluigi. Pero no obtuvo respuesta.--¡Responde!
----Soy tu hermano, quiero ser un vampiro.--Contestó aquel señor, su voz parecía muy floja y suave, como si hubiese estado varios días en las condiciones de ahora. Waluigi estaba inmovilizado, ¿un hermano?, ¿qué hacia ahí?, ¿por qué nadie se lo dijo nunca? Sentía alegría, había encontrado a un familiar suyo vivo, de repente se abalanzó hacia él y le dio un fuerte abrazo.--Tranquilo, hermano, que pareces un maricón. ¿No te contó nuestra madre qué pasó?
----No.--Contestó Waluigi.--¿Qué pasó? ¿Por qué te fuiste?
----Te lo contaré todo, hermano.--Dijo el hermano de Waluigi.--Mi nombre es Samuel, tengo veinticinco años y trabajo en la policía.--Al oír esto, Waluigi se puso nervioso, pero se calmó al instante. Samuel era de estatura 1,78, tenía el pelo rubio, ojos marrones, un poco gordo y sus vestimentas parecían las de un pobre. Yo empecé a pensar que pasaría con Waluigi y Samuel cuando éste descubriera que su hermano es un asesino despiadado y cruel.-- Durante todo este tiempo viví en un pequeño departamento, hasta que a los veintitrés años gané la lotería, un millón de euros. A pesar de haberla ganado, seguí trabajando, pero viví de lujo esos dos años..., hasta ahora, estoy así para que nadie me reconozca, gané otra vez la lotería y me quieren robar todo el dinero, ensucié la ropa más vieja que tenía y la corté un poco, ahora te toca, cuéntame toda tu vida.
----Pues... viví en casa de mi madre hasta que ella se murió, luego me fui a un departamento y trabajé de...camionero.--Dijo Waluigi, mintiendo, yo le miré y ya supe su intención.--Esa es toda mi vida, ahora me persiguen unos asesinos que mataron a toda mi familia, salvo a ti, lo mismo ha pasado con este niño, se llama Roberto,--me señaló con el dedo.--Voy a buscar a un apoyo, ¿te acuerdas cuándo imaginábamos ser apoyos y tener alguno? Pues yo tengo uno.
----No está mal. Yo soy un apoyo de otro, su nombre es Alfredo. Y él es mi apoyo. Bueno, ¿a dónde ibas, hermano?--Preguntó Samuel. Waluigi no supo que decir, así que se quedó callado.--Parece que no lo quieres decir. Bueno, déjame montar en el coche y te contaré mi pasado, cuando tenía pocos años, que raro que no e hayas preguntado por qué se lo de que eres un vampiro...
----Ya me lo contarás, ¡venga, al coche!--Refunfuñó Waluigi a su hermano.
Samuel se montó en el coche. Yo ya me había dormido. Waluigi ocultó la pistola y la escopeta que tenía en el coche, Samuel cogió, extrañamente, una pistola y le apuntó en la cabeza a Waluigi; yo seguía dormido.
----Para el coche o te mato.--Dijo con tono amenazador Samuel a Waluigi, éste, sin dudarlo, cogió su pistola y le disparó dos tiros en la boca a Samuel, que sangró muchísimo por la boca y preparó el gatillo, pero fue demasiado tarde, Waluigi le disparó un tercer tiro en la boca a su hermano y le mató. Ahora Waluigi ya sabía que no podía confiar en nadie, ni siquiera en su último familiar, su hermano, que ya estaba muerto.
Waluigi cogió el cuerpo de su hermano y lo tiró a la carretera y arrancó más fuerte, pero no había comprobado si de verdad Samuel estaba muerto.
El coche siguió avanzando vairas horas hasta que por fin llegamos a nuestro destino, yo me desperté y contemplé una casa gigante, parecía una mansión, era preciosa, de ella salió una persona pequeña y flaca, con ropas rojas, verdes y brillantes. Se llamaba Treto.
----¡Buen amigo! ¡Cuánto tiempo sin verte!--Nos dijo Treto a Waluigi y a mí.--¿Y cuál es el motivo de qué me hayas llamado?
----Me buscan; me buscan muchas personas. Necesito ayuda y...venganza.--Contestó Waluigi, Treto seguía tranquilo y nos dijo en que había nos alojaríamos cada uno.--Robero, vete a la cama, ya son las diez de la noche, puede sponer la tele allí, Treto y yo...hablaremos de unos asuntos.
----¡Está bien!--Le contesté con una amplia sonrisa en mi rostro, me fui a mi habitación. Era amplia, tenía dos camas, dos teles, cinco consolas y diez libros. ¡Era perfecta!--¡E-es perfecta!
Mientras, en el salón, Waluigi había contado todo lo que sabía a Treto, sin embargo, éste mostraba una extraña preocupación por mí, miraba muchas veces en la habitación en la que yo estaba. Waluigi se fijó en esto y le preguntó lo siguiente:
----¿Por qué te preocupa tanto ese niño?
----No lo puedo decir, lo siento.--Respondió Treto a la pregunta de su apoyo. Éste se enfadó, pero lo ocultó.--Tú ya sabes lo que pienso.
Waluigi se asustó completamente, ahora parecía que un se rle dominaba, estaba atemorizado e, incluso, sudaba. Parecía que le costaba bastante recordar un relato, pero continuó la conversación diciendo esto:
----No me hagas recordar eso. Es de las pocas cosas que me atemorizan.
----Muy interesante. Waluigi, ¿por qué salvaste a ese niño?--Dijo, señalándome con el dedo.Waluigi iba a contestar cuando Treto le interrumpió.--No mientas, tú no eres de esos que tienen piedad de un niño.
----Está bien. Él tiene ese don, es el único que nos puede salvar de lo que tú ya sabes. Deberías de saberlo.--Le respondió Waluigi.
Treto y Waluigi vieron cómo algo se movía en el exterior de la casa, Waluigi cogió su cuchillo y fue a ver qué pasaba. De repente, vio a su mayor pesadilla.
Treto escuchó un disparo y fue a ver qué pasaba, pero antes vio la pistola de Waluigi apoyada sobre la mesa. Empezó a temer si era el que antes habían mencionado él y Waluigi, cada vez sudaba más deprisa y cerró toda la casa con llave. Treto buscó una granada y una escopeta, salió de la casa y fue a ver en qué estado estaba Waluigi, le vio en el suelo, con un disparo cerca del corazón, la sangre que salía de su cuerpo era inmensa. Ya podría haber muerto; Waluigi podría haber muerto. De repente un cuchillo salió disparado hacia Waluigi y le atravesó el cuerpo., Treto se asustó y se metió, junto al cuerpo difunto de Waluigi, dentro de su casa y se cerró.
Treto cogió la pistola de Waluigi y fue sigiliosamente a mi habitación, donde yo dormía profundamente. Me apuntó en la cabeza y empezó a temblar.
Me disparó varios veces en la cabeza y cerca del corazón, y me mató. Acto seguido se puso la pistola en la cabeza y cuando iba a apretar el gatillo...apareció ese ser, ese repugnante y asqueroso ser.
----¡Eres tú, cobarde! ¡¡Pensé que no te iba a ver en mucho tiempo, cabronazo de mierda!!-Le insultó Treto.
----Empieza la cuenta atrás. Os advertí que este momento llegaría y que yo sería el asesino de vosotros. ¡Os lo advertí!--Dijo esa persona extraña y misteriosa.
----El día ha llegado...pero no has podido evitar que el niño esté muerto.--Dijo Treto.
----¡Has sido tú! ¡Tú le has enviado al otro mundo! ¡Ahora sí que me has enfadado! ¡Voy a hacerte sufrir, primero te clavaré mi cuchillo en varias partes, luego te dispararé dentro de la boca y en otras partes!--Diciendo esto, ese humano miró la entrepierna de Treto.--Finalmente, te destruiré pasados unos minutos con una bomba que destruirá todo esto. Lo vas a pagar.
El extraño humano hizo todo lo que le había dicho a Treto y le mató con una bomba. Las últimas palabras de Treto fueron el nombre de aquel asesino, Rafael. Éste dijo:
----Je,je. Que pena que ese Treto haya matado al niño, quería divertirme con él. Ahora sólo habrá que esperar, espero que Waluigi no se meta en el cielo, sería lo peor...
Mientras tanto, en un rincón oscuro habitaban tres personas.
----¿D-dónde estamos?--Pregunté, muy asustado.
----Estás en el rincón Muerte. Yo soy Muerte.--Me dijo Muerte, éste sostenía en sus manos un hacha y una capucha cubría su rostro, sus vestimentas eran negras, ninguna parte de su cuerpo se veía, salvo las manos, que eran huesos, y los ojos, que eran del color de la sangre. Waluigi contemplaba la escena sin inmutarse.--¿A dónde queréis ir?
----Al cielo.--Dijimos Waluigi y yo al mismo tiempo.
----Al cielo sólo puede ir Roberto, ya que sólo se juzga por sus actos a los mayores de catorce años. Waluigi, en cambio, deberá ir al infierno por sus malos actos, ha matado a más de quinientas personas.--Nos advirtió Muerte.
----Está bien. Roberto, debes tener cuidado cuando llegues al cielo, quizá pierdas la memoria; pero habrá alguien que te dirá lo que tienes que hacer una vez estés allí, ese alguien se llamará Lucas. Búscale.--Me dijo Waluigi.
Waluigi y yo cada vez éramos menos visibles, finalmente desaparecimos de ese lugar para ir a otro. Muerte también se fue.
Rafael había ido a una ciudad y estaba poniendo una bomba cuando apareció un hombre.Era Luis, el amigo de Waluigi; fue él quien dijo esto con total claridad:
----Vas a pagar por todo lo que estás haciendo, Rafael.
----Luis, no me andes con cuentos, sabes que somos asesinos, pero que yo soy el mejor de los dos. Ahora, déjame saquear y matar a toda la gente de esta ciudad,--contestó Rafael.
----¿Qué piensas hacer?--Preguntó Luis.
----Lo que tú nunca hiciste; ahora que Waluigi no está entre nosotro, soy definitivamente el asesino más despiadado y cruel del mundo, creo que antes también lo era, pero, bueno, ahora lo soy. Puedo saquear y asesinar a toda la ciudad a mi gusto.--Respondió Rafael.
Luisi se abalanzó hacia Rafael, éste le cogió y le hizo una llave, tirándole al suelo. Entonces, Rafael iba a coger la pistola, cuando, de repente, Luis, que seguía tumbado, le dio una patada en el pie haciendo que se cayera. Los dos se levantaron y cogieron la pistola al mismo tiempo. Un joven policía apareció en la puerta de la casa que iba a ser bombardeada y apuntó con la pistola a Luis, creyendo que Rafael era un policía.
----Párate, quieto.--Dijo el policía a Luis.
----Yo soy el asesino, él sólo es asesino de prácticas.--Dijo Rafael, el policía apuntaba a los dos sin saber muy bian a quien disparar primero.--¿Cómo te llamas?
----M-me llamo Miguel. Venga, dejad ese arma en el suelo u os disparo.
----No lo entiendes...--dijo Luis,--él quiere saquear y asesinar a toda la ciudad. ¡Debes detenerle!--Rafael cogió la pistola y le disparó a Miguel en la rodilla, éste se tumbó de dolor y Luis empezó a luchar cuerpo a cuerpo con Rafael.--¡Huye de aquí mientras puedas, chaval! Esto es entre él y yo.
----Exacto.--Añadió Rafael.--Pero sin Waluigi no hay emoción.
Rafael y Luis se pelearon, los dos habían aprendido, de pequeños, judo y kárate. Por eso eran muy expertos y luchaban de una manera profesional, Rafael le hizo una llave a Luis y le dejó derrotado en el suelo. Sin embargo, Miguel se estaba levantando y observaba como Rafael había vencido a Luis en un momento, luego, Rafael, se acercó a él y, cuando estaba cerca de él, extendió su brazo cercano al cuello del policía y, con el brazo, le cogió el cuello y se lo llevó hacia una pared, donde sostenía por el pelo la cabeza del joven policía y se la movía, chocándosela contra la pared y provocándole mucho daño. Luis estaba agotado, cogió una piedra que había ahí y se la lanzó a Rafael, pero éste la esquivó y siguió con Miguel, la sangre que había en ese sitio era de una cantidad abundante, faltaban dos minutos para que la bomba estallase y hasta el momento nadie se había dado cuenta, hasta que Luis miró y vio el tiempo de la bomba, iba a advertir a Rafael y a Miguel pero decidió no hacerlo, así ese asesino de Rafael moriría, pero sentía mucha lástima por Miguel.
----¡Ja,ja,ja,ja!--Rió Luis.--¿No se te olvida algo, rafael?
----¿Eh? Espera...¡¡la bomba, está en marcha!!--Contestó Rafael a Luis.--¡Cabrón, no me lo querías decir! Pero te viste obligado por Miguel, ¿verdad?
----Cállate, hijo de puta.--Respondió Luis. Rafael se vio obligado a irse.--Cobarde...
Miguel caminó hacia Luisi y le ayudó a levantarse, corrieron rápidamente, salieron del edificio y se escondieron detrás de unos coches, hubo una gran explosión que destruyó todo el edificio y mató a muchas personas. Luis miraba eso y recordó una de las cosas: estaba junto a un policía. Lo raro es que él era un asesino casi tan despiadado, cruel y malvado como Waluigi y estaba junto a un policía.
----Dime, ¿te va eso de vivir aventuras?--Preguntó Luis.
----Pues...este es mi primer día de policía. Por eso estaba tan nervioso.--Respondió Miguel.
----Uff....pues vaya día para ti. Yo que tú tendría cuidado, ese asesino va a ir a por ti antes de que les des su descripción a la policía...--Dijo Luis.
----¿Qué? Espera, ¿qué hacias tú allí?--Preguntó Miguel con un tono más propio de un cobarde que de un policía.
----Ya t e lo contaré más tarde, debemos ir a la comisaría...digo a tu casa, en ella estaremos más seguros que en la calle.--Propuso Luis.
----E-está bien...--Dijo el joven policía, aceptando la propuesta de Luis.
Los dos fueron a la casa de Miguel, no era muy amplia pero servía para refugiarse, al menos un día.
Mientras todo esto había ocurrido, Rafael tenía una escopeta y se preparaba para entrar en la comisaría, nadie sabía dónde se escondía.
Luis y Miguel permanecían despiertos, estaban leyendo un libro, Luis se levantó y cogió una pistola. Se oían pisotadas cada vez más cerca y más fuertes, era Rafael,, estaba muy furioso, había buscado a todos los agentes de la comisaría y Miguel no estaba ahí. Fue a un ordenador y buscó el nombre de Miguel, aparecieron tres policías en el ordenador, él seleccionó al más joven de policía y encontró sus datos. Así se encontró caminando en ese pasillo de ese asqueroso departamento. La tensión era enorme, de repente, apareció Rafael, pero estaba sin armas.

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