Puro pánico
Pasó en el año 2002, me gustan las historias de terror por distracción curiosidad y en una o dos por morbo, he escuchado relatos extraños nada más, no creía en eso... y ahora no estoy muy seguro; antes de lo que me sucedió, me pasaron cosas, como eso de que se le sube el muerto a las personas, yo creía que era sólo juego pero me pasó tres veces: en esas tres vi a una persona, una mujer de blanco, jamás pude ver claramente, sólo vi su silueta, por Dios fue terrible porque jamás pasé por eso. Le comenté a un amigo y él me comentó que a lo mejor estaba soñando pero yo estoy seguro que no, estaba despierto, totalmente despierto y sin moverme. Creo que del miedo que me dio no pude ni gritar cuando pasó, solo pensé y pensé y pensé qué había pasado... Eso pasó por mes o mes y medio antes de que lo que les voy a contar...
Después algo que cambió mi vida... Era 24 de diciembre y aquí en México se celebra la cena de Navidad, festejamos, se me olvidó todo lo anterior. Festejamos, cenamos reímos, bailamos, al final como eso de 40 de la mañana nos fuimos a dormir. Yo me quedé con mi novia (mi actual esposa) a dormir en la sala ya que todos los cuartos estaban ocupados. Me acuerdo bien que nos recostamos, nos tapamos con las colchas y caímos profundamente dormidos.
De repente me desperté ya que por la ventana me daba de lleno en la cara el sol. Calculo que eran las 8 o 9 de la mañana, sólo recuerdo que me traté de parar a cerrar bien las persianas ya que estaban entreabiertas... De repente mi visión se nubló por completo... y sentí un terror indescriptible.
Sentí como si ese terror se hubiera salido del interior de mi cuerpo y hubiera explotado, como si ese terror fuera una enorme bola y me estuviera aplastando. Lo único que recuerdo es que me tomé la cabeza con las manos y grité de una manera tan brutal, que todos se despertaron, no sólo en la casa sino los vecinos dicen que fue un grito tan desgarrador que jamás habían escuchado.
De repente sentí el cuerpo congelado, me tiré al piso, me encogí con posición fetal y me dice mi esposa que lo único que repetía una y otra vez era “NO SOY YO... NO SOY YO...”.
Cuando recobré el sentido de mis actos todavía sentía parte de ese terror que corría por todo mi cuerpo, lógicamente todos salieron a ver qué era, hasta los vecinos. Mi esposa me tapó con las sábanas y me abrazó muy fuerte, preguntaron qué fue eso, a lo que ella sólo respondió “no sé, se escuchó afuera”. Preguntaron por mí si lo había escuchado, ella sólo comentó que estaba profundamente dormido, después de tranquilizarme me contó lo que les había dicho por si me preguntaban, lógicamente me hicieron bromas de que cómo era posible que todos lo escucharon y yo no.
No pude dormir durante una semana por miedo a que se repitiera. Todos de cierta manera sentimos miedo por una u otras cosa en ciertas edades de nuestra vida pero el terror que me invadió y me llevó al borde de la locura fue tan brutal que es difícil explicar.
Lo último que hice ese día fue llevar a mi esposa a su casa ya que todavía no le pedía matrimonio, y en todo el camino no comentamos ni una palabra, hasta al despedirme que me preguntó qué me había pasado. Yo no pude contestarle, y hasta la fecha no hemos tocado el tema.
De cierta manera he tratado de averiguar si alguien pasó por esto también, aunque sin éxito, de cierta manera mi curiosidad es saber qué fue eso, pero es más fuerte el terror que tengo sólo de recordarlo, así que trato de dejarlo de lado, porque creo que jamás podré olvidarlo. A veces me despierto bruscamente porque siento que me invade otra vez eso.
Cuando lo dejaron solo
Cuenta él que donde vivía era una casa muy grande y antigua ya que la construyeron encima de los rieles de cierto ferrocarril que circulaba no sé en qué año por esos lares. Dice que la misma tenía un sótano muy grande con muchos cuartos, y que un día se hundió el piso de unos de los mismos y pudieron divisar el túnel donde pasaba el ferrocarril. Sin embargo un día mi suegra tuvo que salir a realizar unas diligencias y lo dejó solo junto a Laika, que así se llamaba la perra que tenían.
Él me dijo que al rato que mi suegra salió comenzó a jugar con la perra en uno de los cuartos cuando de pronto comenzó a escuchar muchos pasos, dice que eran como tacones que iban a todas direcciones del cuarto; él pensó que esos ruidos provenían de la calle pero al ver que la perra comenzaba a ladrar en diferentes direcciones y la misma al escuchar un estruendo sobre el techo de la casa, se asustó tanto que se metió debajo de una mesa que se encontraba en el cuarto, aullando, y mi esposo la siguió para también resguardarse de aquello que pasaba, y que no sabía quién lo hacía.
Dice que pasó como 5 minutos hasta que todo se calmó y la perra y él salieron como alma que lleva el diablo para la calle a esperar el regreso de mi suegra, que por supuesto no le creyó nada de lo que le dijo.
Actualmente, a él no le gusta quedarse solo en ningún sitio, aparte que es muy nervioso y por cualquier ruidito extraño se asusta full.
Sueño maldito
Me encuentro en una habitación pequeña sin puertas ni ventanas, semioscura, de ladrillos rojos cubiertos de barro. De repente, aparece mi tio (J.A) entre las sombras, que falleció hace 3 meses. Está de frente mirándome sin decir nada, y yo no puedo apartar la vista de sus ojos enrojecidos.
La siguiente escena es en un pasillo muy largo que parece no tener fin, J.A se acerca lentamente y yo no puedo correr, oigo su respiración y me dice "hazlo o las hojas caerán".
Luego aparezco con mi novia en un parque que hay en mi pueblo, rodeado de vallas, y veo a un hombre trepándolas, me acerco a él y le pregunto quién es, pero en vez de responderme salta la valla y cae sin hacer ruido, agacha la cabeza y se va andando con dirección al cementerio. Aparezco en una caseta con escobas y rastrillos rotos por la mitad. Me agacho a coger un palo y se me clava una astilla. Vuelve a aparecer mi tio y da un grito enfurecido.
Hay otro cambio de escena, donde aparezco al lado de un árbol muy alto con una rama partida, las hojas se marchitan y empiezan a caer a mi alrededor. Entre las hojas veo aparecer a mi tio, sigue enfadado, y justo cuando se acerca a mí me despierto dando un bote en la cama.
El Diablo o el Nahual
Pues verás, esta historia trata de algo muy extraño que me pasó hace ya muchísimo tiempo. Un día de tantos me dirigía al rancho de mi abuelo donde tendría que llevarle su lonche muy tempranito, cuando de repente en el camino me topo con un anciano que caminaba a pasos muy lentos. Cuando lo alcancé lo saludé diciéndole "Buenos días, señor" y él me contestó igualmente. Decidí acompañarlo a sus pasos para que no fuera solo por el camino. Cuando menos pensé miré (vi) que el ancianito se detuvo y me decía:
- Muchacho, mejor apresura tus pasos y no vuelvas más por este camino.
Miré su rostro como si estuviese muy enojado. Por respeto apresuré el paso volteando varias veces hacia atrás y en una de esas volteadas miré (vi) cómo el anciano se tiró al piso mientras que su cuerpo se llenaba de pelos y grandes garras. Inmediatamente empecé a correr como loco, hasta llegar al rancho y todo confundido y asustado le conté a mi abuelo lo sucedido.
Se levantó rápidamente y fue por su rifle de doble cañón, salió de la parcela y yo detrás de él, cuando un coyote un poco más grande que los que yo había visto antes corría entre el ganado de la parcela de enfrente que pertenecía a mis primos. Mi abuelo disparó logrando darle en una de sus piernas. El coyote pegó un aullido tremendo perdiéndose entre las milpas.
Al llegar a la parcela mi abuelo me contó que ese coyote era el diablo, que no era la primera vez que lo molestaba y siempre muy de mañanita y que incluso él lo había visto cambiar de forma de un anciano al coyote.
Dos días después jugando con mis primos en las orillas de su parcela miré (vi) de nueva cuenta al anciano y miré (vi) claramente que una de sus piernas estaba vendada.
Tras una ventana inexistente
Mi historia es algo extraña, le paso a mi mamá, hace como unos siete años o más. Resulta que en la casa tenemos 2 habitaciones grandes, y al lado izquierdo de éstas, hay una barda alta de unos 2 metros y medio de alto, pero en medio de las habitaciones y la barda estaba un espacio grande de unos 3 metros de ancho y no tenía luz eléctrica y tampoco estaba techado.
Un día en la noche, después de las 90 P.M., mi mamá anda por esa parte buscando unas cosas y dice que estaba entretenida buscando, cuando de repente se quedó mirando hacia la pared de las habitaciones y en una de las paredes a una altura de 1 metro y medio, vio el reflejo de una ventana en una pared, como cuando está todo obscuro y prendes el foco de alguna habitación y se ve reflejada la ventana en la pared de al lado o en el piso. Mi mamá se quedó extrañada ya que nunca se había visto ese reflejo, pero pensó que era el reflejo de alguna ventana de las casas vecinas, pero después en el mismo reflejo de la ventana se apareció la silueta de un hombre en medio de ésta: era un hombre con un gorro, con un estilo de tiempo atrás.
Mi mamá duró observando esta imagen por unos 5 minutos y luego se fue hacia las habitaciones a platicarnos su experiencia e invitarnos a salir a ver, pero cuando salimos nosotros no vimos nada, sólo obscuridad por todas partes y ningún reflejo.
Después, con los días, estuvimos revisando la calle y las casas cercanas para ver si alguna ventana se pudiera reflejar ya que la barda es algo alta y únicamente las casa de dos plantas son las que se pudieran tener alguna ventana y dar este reflejo, pero no hubo alguna casa cerca que pudiera dar ese reflejo ya que sólo ese día se vio y mi mamá fue la única que la pudo ver.
Después ya con más calma nos empezó a dar la descripción de la persona que se apareció en la ventana, no te menciono los detalles porque no los recuerdo, pero dice mi abuelita -mamá de mi mamá- que a lo mejor era mi abuelito, el papá de mi mamá ya que él murió cuando mi mamá era niña y los detalles que le dio mi mamá tiene mucho parecido con él. También nos comento mi mamá que sentía que esa silueta la estaba observando como si le quisiera decir algo.
El primero de la lista
Durante años Armando fue el primero de la lista. Desde bien pequeño siempre le había tocado el primero de la lista en un colegio de una ciudad al norte de España.
Los trágicos sucesos que tuvo que vivir en primera persona marcaría para toda su vida la conducta de este chavalillo. Su madre, su padre, su hermana, su abuelo y su abuela fallecieran cuando Armando contaba con tan solo 4 años, en un accidente aéreo sin que sus cuerpos pudieran ser rescatados del océano.
Armando vivía obsesionado con la sangre y las muertes. Mientras otros niños de su edad pasaban las tardes estudiando o mirando dibujos televisivos, Armando se dedicaba a mirar películas de terror y pequeñas excursiones al campo en busca de animales muertos para realizarles su propia "necropsia" en el viejo desbán de su hogar.
Armando despues de los trágicos sucesos fue adoptado por una familia. Su padre adoptivo le pegaba y le hacía pasar una mala infancia. Todas estas situaciones fueron creando a un monstruo, a un asesino.
Con 18 años Armando ingresó en el cuerpo militar para hacer la "mili", le tocó en el primer batallón. Este batallón estaba configurado por unas listas de hombres cuyos apellidos iban de la A a la D.
Armando siempre fue el primero de la lista, pero en esta ocasión bajó al puesto número 14. Esto hizo que con el paso de los días Armando se fuera trastornando hasta idear un plan, una matanza. Iría asesinando a todos los compañeros para conseguir así ser el primero de la lista.
Asesinó brutalmente a todos sus compañeros.
Así, al número 13 lo agarró por los pelos y le destrozó la cabeza a golpes contra la pared de los lavabos.
Al número 12 le introdujo un puñal de 13 cm de largo por 4 de ancho por la boca, destrozandole la lengua, garganta y esófago, para acabar muriendo ahogadpo con su propia sangre.
Al número 11 lo atropelló con un "jeep" del cuartel repetidas veces hasta dejarlo completamente destrozado.
Al número 10 le seccionó la garganta con un corte seco.
Al número 9 lo introdujo vivo en la incineradora de residuos.
Al número 8 le arrancó el corazón mientras dormía con sus propias manos.
Al número 7 lo empujó a unos paneles de electricidad y se electrocutó hasta prenderse fuego.
Al número 6 le segó la cabeza con un hacha, la empaquetó y se la envío a la familia del asesinado.
Al número 5 le cortó las piernas y los brazos y lo tiró a un río que pasaba por el lugar para que muriera ahogado.
Al número 4 lo tiró desde una de las garitas del tejado, y para rematarlo le cortó la vena yugular.
Al número 3 le introdujo una varilla de acero por el cuello hasta la médula y lo dejó en estado de coma irreversible.
Al número 2 le ató de piernas y brazos en un bosque cercano, le introdujo una granada en la boca, tiró de la anilla y explosionó.
Al número 1 lo torturó de la siguiente manera hasta que falleció desangrado: Le fue cortando con un machete dedos, manos, brazos, desos de los pies, pies, piernas, orejas, pene, nariz, ojos y le sacó la piel en vida, falleciendo a los poco minutos.
Como había enterrado a uno y echado a un río a otro, el resto de los cuerpos los troceó y los fue enterrando por los jardines del cuartel.
Todas estas desapariciones provocaron un gran problema social, nadie tenía explicación para lo que estaba sucediendo.
Unos días mas tarde llega la noticia de que el compañero que estaba en coma había fallecido en el hospital. Se celebra un homenaje en el cuartel y mientras Armando limpia su arma accidentalmente se produce un disparo que le atraviesó la cabeza de lado a lado.
Desde ese día se cuenta que el espíritu de Armando vaga por el hoy abandonado cuartel vigilando que siempre sea el primero de la lista.
jueves, 21 de febrero de 2008
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